Las faltas de ortografía hacen perder a los negocios más de un 50% de sus ventas.
«¡Eres muy exagerada!»
Esto me dijo un jefe, hace ya algunos años, por mi preocupación ante la pésima ortografía de una consultora en transformación digital que nos ayudó en un proyecto muy grande que incluía más de 10 páginas web locales y muchísimo dinero en juego. A nivel de formación, reconozco que la proveedora tenía un profundo conocimiento de desarrollo de páginas web y comunicación. Sin embargo, su (pésima) ortografía en los textos que escribía y el uso de palabras clave sin venir a cuento dentro de la redacción, es posible que hayan hecho un irreversible daño a la marca para la que trabajaba. ¿De qué sirve que los clientes entren en tu web si tienes un altísimo porcentaje de rebote?
El empresario de ropa deportiva inglés, Charles Duncombe, presentó en la BBC las conclusiones de su estudio realizado en Internet. Duncombe descubrió que las faltas de ortografía hacen perder a los negocios británicos más de un 50% de sus ventas.
El porqué de este fenómeno es sencillo: en Internet, a pesar de que los vídeos y las imágenes tienen un lugar cada vez más importante, la palabra escrita continúa siendo fundamental en la comunicación, y una comunicación escrita bien estructurada, sin faltas de ortografía, transmite confianza y seguridad. Por el contrario, los negocios con errores ortográficos, con traducciones automáticas artificiales, o con palabras clave (keywords) colocadas sin que den sentido a la frase, hacen huir a los consumidores.
Por ello, si quieres no solo que tus clientes visiten tu página, sino que haya conversiones, es importante que, cuando escribas los textos, tengas en cuenta cuatro puntos básicos.
1. Redacta de forma clara y concisa. Ve al grano y sé específico. Si se trata de la descripción de un artículo, sé lo más preciso que puedas, aunque, en función de tu sector, puedes ser más o menos creativo. Por ejemplo, si lo tuyo es una web de decoración, puedes añadir frases que le hablen al cliente de los beneficios que tu producto le aportará. Por ejemplo «Este precioso jarrón le dará a tu casa un estilo chic y divertido a la vez» o «Transforma tus espacios gracias al delicado encaje belga que acompaña estas cortinas».
2. Cuida la ortografía al máximo. No solo en la web sino también en las newsletters, en las redes sociales, en todo el material que desarrolles. Si tu página está escrita en español, haz de la RAE tu referente cuando tengas dudas y mantente al día de los cambios que propone. Sigue siendo común encontrarse formas como ti o solo acompañados de tilde. También es frecuente, en las CCAA de España donde hay más de una lengua oficial, encontrarse en webs y redes sociales con palabras y formas como detrás mío [detrás de mí], rachola [azulejo] o letra ligada [letra cursiva]. Por último, las clásicas, las de toda la vida: v/b, s/c/z, o h donde no toca o al revés. Recuerda que una falta de ortografía no es una falta: son tantas como impresiones tenga tu publicación.
3. Traducciones profesionales. Si tu web está escrita en más de un idioma, lo ideal es que cuentes con un profesional e, incluso, que tropicalices tus textos con la ayuda de un nativo. Si no dispones de un presupuesto para ello, mi recomendación es el uso del traductor deepl. Este sigue siendo la alternativa gratuita con la traducción más natural.
4. Conecta con la audiencia. No solo se trata de escribir bien, ¡sino de conectar con tus posibles clientes! Piensa en lo que les interesa a ellos, no lo que te interesa a ti. Ofrece soluciones y brinda valor añadido. No le cuentes a tus clientes lo maravilloso que eres sino sobre las soluciones que puedes darles.
¿Te ayudo? Si quieres que te trabajemos juntos con el contenido de tu página para que conecte con tu audiencia y tenga una ortografía impecable, escríbeme o llámame para que juntos encontremos una solución :)
Paulina.
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